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Temporada 1998-1999

La dominicana Flor Colón

La culminación de un inexorable descenso hacia las catacumbas

Esta habrá de ser una de las temporadas más amargas que se recuerdan en la larga historia del equipo decano del voleibol español femenino en División de Honor y que pasará a denominarse Superliga. El club sería presidido, un año más, por Alejandro José del Río, que manejaría un presupuesto buena parte del mismo aportado por el principal patrocinador, Caja Cantabria.

Los preparativos

El entrenador Alejandro Espinosa dio comienzo la pretemporada con las jugadoras senior Marta Eguren, Ana Rosa García, Cristina Gómez, Araceli Hernández y Eva Gutiérrez (procedente ésta última del Universidad de Cantabria de 2ª División), y las junior Priscila Egusquiza, Alejendra Gómez, Aunción Eguren, Patricia Sollet, Noelia Franco, Teresa Zunzunegui y Cristina Ortiz (procedente ésta última del CV Los Corrales de Buelna). En la primera sesión preparatoria también estuvo presente el nuevo fichaje extranjero, la ucraniana natural de Kiev Oksana Zaporozhets, que con 27 años y 1,80 m. de estatura era una atacante muy versátil pues podía jugar tanto por zona 2 como por 4, destacando en recepción y defensa. Mientras esto ocurría la directiva seguía trabajando en la contratación de al menos otras dos jugadoras extranjeras, barajándose la estadounidense Tina Rico, joven jugadora de 23 años, la holandesa Courtney Debolt, de 24 años, y una jugadora alemana, Erika Bergen.

En el capítulo de bajas se contabilizaban Valentina Paulenko, que fichó por el recién ascendido Socuéllamos y que contaba en sus filas con la ex cajista Elena Gabrilova; Monserrat Besolí, que fichó por el Construcciones Damesa de Burgos; y finalmente, Marietta Ilieva, que regresó a su país.

A falta de tres días para que diera comienzo la Liga el Caja Cantabria seguía trabajando para reforzar el equipo tras el fiasco de la americana Tina Rico y la alemana Erika Bergen, quedando todavía pendiente la contratación de al menos una colocadora, puesto que para empezar cubriría Priscila Egusquiza. La liga comenzaba el 3 de octubre y dos nuevos equipos iban a hacer su aparición en la máxima categoría, los recién ascendidos CN Sabadell de Barcelona y Roycan Socuéllamos de Ciudad Real, mientras que el resto de participantes repetían.

Comienza la temporada

El pabellón Fuente Nueva de Granada acogió el primer partido de liga de las cajistas, que formaron de salida con Marta Eguren, Ana Rosa García, Vanesa Sáez, Alejandra Gómez y Priscila Egusquiza. Victoria por 3-0 para el CDU Granada, cuyo presupuesto era de 40 millones de pesetas, casi cuatro veces el del CV Torrelavega. Fue la primera vez en mucho tiempo que el equipo torrelaveguense jugó todo el partido con jugadoras formadas en la cantera, ya que Oksana no pudo jugar al no haber recibido el preceptivo tránsfer internacional.

La nueva semana trajo consigo la noticia del fichaje de la rematadora zurda de 1,80 m. María Jesús Blanco, formada en la cantera del CV Alcorcón, de donde pasó al CDU Granada y en el que militó dos temporadas, y de allí al Leisa Diego Porcelos de Burgos, equipo en el que había militado la temporada anterior. Se esperaba que Blanco pudiera debutar en casa contra el CV Murcia, próximo rival y que estaba entrenado por el ex jugador de División de Honor Pascual Saurín. Eso sería el domingo 11 de octubre en el multiusos Vicente Trueba del populoso barrio Zapatón.

No se pudo contar con el concurso de Oksana, cuyo tránsfer seguía son recibirse, por lo que Alejandro Espinosa reorganizó el equipo dando entrada en el seis inicial a Chus Blanco en detrimento de Vanesa Sáez. Con un juego a ráfagas, el Caja Cantabria opuso resistencia a las murcianas sobre todo en los dos primeros sets, que acabaron con parciales favorables a las visitantes por 15-17 y 13-15. La tercera manga fue un puro trámite finalizando el partido con el engañoso resultado de 0-3 favorable a las murcianas y en el que las locales mostraron las dos caras de la moneda. Una vez más quedó manifiesto que a pesar de contar con un equipo joven y que sin duda mejoraría a medida que avanzaba el campeonato, la inexperiencia de sus jugadoras era un serio hándicap.

De nuevo, el técnico local se quejaba del escaso apoyo de los aficionados, pues en un partido en el que prácticamente el equipo estaba formado por jugadoras locales, en las gradas había alrededor de una centena de espectadores.

Con las cámaras de Sportmanía en el Vicente Tueba y arbitraje del asturiano Fernández Losada y del cántabro Ángel Vega se disputó en segundo partido consecutivo en casa, esta vez ante el potente Construcciones Damesa de Burgos, que se mostró superior al equipo local, el cual perdió por 0-3, aunque rozó la victoria en el tercer set que finalizó con 14-16. Se vio que a falta de centímetros y de jugadoras determinantes el combinado cántabro buscó recursos con los que suplir sus carencias, sacando muy bien, realizando fintas y buscando las manos del bloqueo burgalés. Debutó Oksana realizando funciones de rematadora y, en un cambio táctico y sacrificando el ataque y la recepción de la ucraniana, colocadora, demarcación ésta última en la que se desenvolvió con notabilidad a pesar de haber sido fichada como rematadora.

Se esperaba como agua de mayo la llegada de la colocadora americana Amy Delong, nuevo fichaje del club cajista y que se esperaba que debutara en el Centro Insular de las Palmas ante el Hotel Cantur, siguiente rival y que tampoco conocía la victoria.

Tras más de doce horas de viaje motivadas por los continuos retrasos en los vuelos, el equipo llegó a Las Palmas dispuesto a romper la racha de derrotas. Y se consiguió. La miel del triunfo se saboreó aún mejor por la forma en que se alcanzó, pues se iba perdiendo por 2-0 para finalmente remontar en un partido épico de las chicas de Alejandro Espinosa. Fueron los parciales: 15-6, 15-10, 13-15, 6-15 y 13-15. Delong pudo jugar estando bien arropada por Ana Rosa García, Marta Eguren, Chus Bravo, Oksana Zaporozhets (que volvió a repetir en algunas fases del partido la tarea de colocadora, siendo el auténtico revulsivo), Alejandra Gómez –seis inicial-, Asun Eguren, Cristina Gómez y Priscila Egusquiza.

El siguiente partido, quinto de la temporada, se jugó en casa el miércoles 28 de octubre ante el Roycan Socuéllamos -en cuyas filas militaban las ex-cajistas Gavrilova y Paulenko- y cuyo marcador de victorias se mantenía inédito. Pero la visita del equipo manchego se recibía con cierto recelo, puesto que tres jugadoras locales -Oksana, Marta y Chus- arrastraban diversas molestias que a buen seguro las iban a impedir competir al máximo de sus posibilidades. Además, las manchegas ya se habían enfrentado a los equipos más potentes de la competición y era ahora cuando empezaba “su” liga. Se volvió a repetir lo de Las Palmas con 0-2 abajo en el marcador para las locales, que lograron empatar el partido, aunque no lograron anotarse el último y definitivo set que cayó del lado manchego, dejando finalmente el marcador en un inesperado 2-3. Jugaron por el Caja Cantabria: Marta Eguren, Araceli Hernández, Oksana Zaporozhets, Alejandra Gómez, Chus Bravo, Ana Rosa García –seis inicial-, Asun Eguren, Priscila Egusquiza y Teresa Zunzunegui, quedando inédita la estadounidense Delong.

Formación del equipo que disputó el Torneo de Navidad

En busca de la fórmula mágica

Alejandro Espinosa realizó un cambio táctico en Monforte de Lemos, siguiente destino, jugando con Egusquiza como colocadora ante el escaso rendimiento de Delong en tan complicado puesto, recuperando así el remate de Oksana; pero la variante no dio resultado perdiendo por un inapelable 3-0 ante un equipo monfortino muy bien asentado en el cancha y magistralmente dirigido por Yoraxi Melean, destacando también Noelia Sánchez, que jugó en el Cantabria Infinita la temporada 2010-11.

El siguiente choque se presentaba “crudo”, según Espinosa, pues no en vano visitaba el Vicente Trueba el CV Albacete Moreno y Roldán, equipo que si bien tenía una victoria más que las cajistas, había conformado un combinado muy potente con dos holandesas, una china y dos ucranianas en sus filas. Durante el partido se realizó un sorteo cuya recaudación se destinó a las víctimas del devastador huracán Mitch, que asoló América Central. En el plano deportivo y a pesar de realizar un buen partido, las cántabras cayeron derrotadas por 0-3 (13-15, 10-15 y 7-15). El Albacete hizo valer su mayor experiencia para imponerse sin apenas correr riesgos. El desbarajuste local, así como el arbitral, alcanzó tintes irreales, pues llegado un momento el conjunto cajista tenía siete jugadoras en cancha, anormalidad que fue advertida por el entrenador visitante, que no se creía lo que estaba viendo. La desesperación cundió entre las locales, que veían cómo una vez más eran víctimas de sus propios errores. Si el técnico Espinosa se quejaba del poco apoyo que la afición prestaba al equipo -lo que era cierto- también reconocía que el equipo ofrecía escaso argumentos para ataerla de nuevo, por lo que la comunión entre ambos se veía lejana. Tras siete jornada disputadas, una victoria y seis derrotan condenaban al equipo al último puesto de la clasificación, que encabezaba el C. Marichal de Tenerife.

Tras la decepción del fichaje de Delong –o al menos eso es lo que parecía dada la apuesta del técnico de Oksana como colocadora cuando en realidad fue fichada como rematadora-, el equipo se ocupaba en reforzarse acudiendo al Gobierno regional y al Ayuntamiento de Torrelavega en búsqueda de una inyección económica que permitiese el fichaje de una jugadora de garantías.

En lo que fue la octava jornada de liga y haciendo buenos los pronósticos, el Caja Ávila se deshizo sin mayores problemas y por 3-0 del Caja Cantabria. Jugaron en Ávila M. Eguren. C. Gómez, A. R. García, O. Zaporozhets, M. J. Bravo, A. Gómez –seis inicial-, saltando también a la cancha A. Hernández y A. Eguren.

Tocaba recibir al líder, C. Marichal, que sorpresivamente había caído en su cancha la semana anterior por 0-3 ante el CDU Granada, siendo el único partido de liga que habían perdido las isleñas. En Torrelavega y con la intención de levantar los ánimos aquella derrota se tradujo como un descenso en el juego tinerfeño, y aunque fuese cierto, el potencial del equipo constructor seguía siendo extraordinario. Finalmente y como cabía esperar el partido no tuvo emoción y se resolvió a favor de las visitante por 0-3.

En la directiva se seguía trabajando en la contratación de una jugadora extranjera, para lo cual se barajan los nombres de la brasileña Elisangela Souza, que jugaba o había jugado en la liga italiana, y la central dominicana Flor Colón.

En esas se estaba cuando tocó enfrentarse en tierras catalanas al recién ascendido CN Sabadell, que tenía una victoria más que las torrelaveguenses. En un partido calificado como aburrido y de escasa calidad, las catalanas sumaron su tercer triunfo por un claro 3-0 ante un equipo cajista que mostró una vez más sus carencias. Espinosa apostó de salida por la americana Delong en tareas de colocación, pero la jugadora estaba muy lejos de un estado de forma óptimo. La derrota resultó preocupante, pues se cosechó ante un rival directo por la permanencia.

En la siguiente jornada liguera, la undécima, visitaba Torrelavega el Playas de Benidorm, equipo que tenía cinco victorias en su haber por otras tantas derrotas. Para este choque Espinosa contaba con la plantilla al completo, aunque era duda A. R. García debido a un esquince rotuliano en su rodilla derecha. Nueva derrota después de ir ganado por 2-1, realizando las cantabras uno de los mejores partidos de la temporada, aunque no fue suficiente para ganar a un equipo mucho más experimentado echándose en falta una jugadora resolutiva cuando los resultados son tan apretados.

En el centro, Oksana Zaporohets

Desesperanza tras jugarse la primera vuelta

Finalizada la primera vuelta el panorama no podía ser más desalentador y todo indicaba que tocaba de nuevo sufrir hasta el último partido. ¿Sería Flor Colón el revulsivo que se necesitaba? En Torrelavega había expectación y se pensaba contar con su concurso para el próximo partido contra el CDU Granada, líder de la clasificación. El paso del ecuador de la Superliga femenina trajo consigo también la adaptación de las nuevas normas de competición dictadas por la Federación Internacional: A partir de ahora se jugarían cuatro sets de 25 puntos, más un quinto de quince en caso de empate, no estando obligado a tener la posesión de saque para conseguir el punto, lo que obligaba a una máxima concentración (estas normas ya eran de aplicación en la Superliga masculina desde principio de temporada y se habían valorado como muy positivas).

Así las cosas y confiando en que las nuevas normas beneficiarían más que perjudicarían al equipo cajista, que no pudo contar para el primer partido de la primera vuelta con el concurso de Flor Colón, dio comienzo el choque que se resolvió favorable a las granadinas por 0-3 (16-25, 23-25 y 12-25). Jugaron Oksana Z., Ana Rosa G., Marta E., Asun E., Chus B., Cristina G. (líbero) –seis inicial-, además de Alejandra G. y Araceli H.

La novedad más notable de la siguiente semana fue la llegada, por fin, de Flor Colón, jugadora de 1,83 m. de estatura y 29 años y que había disputado con la República Dominicana el pasado Mundial de Japón y donde el país caribeño terminó en undécima posición. Y aunque se extremaron las medidas para que pudiera tener el tránsfer antes del próximo partido contra el CV Murcia, una vez más hubo que aplazar su concurso para mejor ocasión. A ello hubo que sumar la ausencia de Marta Eguren por lesión para el próximo partido, por lo que la merma del potencial cajista era notoria. Espinosa, que no se había cansado de pregonar desde inicio de temporada lo endeble de la plantilla, no tenía argumentos para sentirse satisfecho ni mucho menos. Pero eran los mimbres que había.

Objetivo: salvación

El equipo viajó a Murcia con la intención de dar la sorpresa aun siendo consciente de que con la ausencia de Marta Eguren dicha capacidad quedaba reducida casi a la mínima expresión. Finalmente otra derrota más vino a sumarse al casillero cajista, esta también por 3-0, aunque la noticia realmente mala fue la lesión de Priscila Egusquiza en el tercer set. La Ley de Murphy planeaba constantemente por encima de la cabeza de un equipo al que nada, nada, le salía bien. Teresa Zunzunegui salió en el seis inicial que completaron A. R. García, A. Eguren, A. Hernández, O. Zaporozhets y M. J. Bravo, teniendo también minutos A. Goméz, C. Gómez, P. Egusquiza y N. Franco.

Antes de las vacaciones navideñas se debía rendir visita al Construcciones Damesa de Burgos, que tenía en su haber nueve victorias y cuatro derrotas y era tercero en la tabla. Sin el concurso inicial de Marta Eguren, que todavía arrastraba molestias, y con la presencia de Flor Colón, se realizó un partido serio que no sirvió para alzarse con al victoria, perdiendo por 3-1 (25-12, 23-25, 25-13, 25-21). Gustó Colón, que aportó detalles interesantes, y Oksana, que se había afianzado en el puesto de colocadora. El resto del seis inicial lo conformaron Chus Bravo, Ana R. García, Araceli Hernández y Alejandra Gómez, con Cristina Gómez como líbero.

Con el fin de que no decayera el nivel competitivo durante las fiestas navideñas se jugaron varios partidos amistosos que sirvieron también para el acoplamiento de Flor Colón, que fue el verdadero aliciente en la disputa del trofeo Ayuntamiento de Torrelavega contra el equipo ruso Magia Lipesk, que se llevaría el galardón a sus vitrinas. Por otra parte, la llegada del nuevo año trajo consigo la noticia del fichaje por lo que restaba de temporada de la rematadora holandesa de 23 años y 1,84 m. Helen Hilhorts, internacional junior con su país y que venía de jugar la liga universitaria de E.E.U.U., no ocupando plaza de extranjera al ser comunitaria.

Después de tres semanas de parón liguero, el primer partido del año 1999 se jugó en Torrelavega ante el Hotel Cantur de Las Palmas; era el sábado 9 de enero. De la igualdad en el potencial de ambos equipos dan cuenta los parciales que se registraron en el luminoso del Vicente Trueba: 25-23, 21-25, 25-23 y 25-23, un sudado triunfo de las cajistas por 3-1 ante un equipo muy correoso. Era la segunda victoria de la liga. La nota negativa la puso la seria lesión en el sexto punto del primer set de Oksana, que venía arrastrando molestias en el tendón de Aquiles y que acabó rompiéndose quizá por precipitar aportación al juego del equipo. Su puesto lo ocupó Priscila Egusquiza, que realizó una buena actuación, así como Alejandra Gómez, que consiguió 14 puntos de ataque. Y a pesar de la victoria no se abandonó el último lugar de la clasificación.

La tarea más urgente era buscar recambio a Oksana, ya que apostar por Priscila se consideraba arriesgado -dada su juventud- y a la que posiblemente la pudiera la responsabilidad. La sustituta de Oksana fuefinalmente la canaria Laura Morán, colocadora titular del Hotel Cantur y que había abandonado dicho club en Navidad por discrepancias con el entrenador.

El Caja Cantabria viajó a Ciudad Real para enfrentarse al Roycan Socuéllamos, que tenía dos victorias más que las torrelaveguensess. Espinosa prefirió seguir confiando en Priscila para ocupar el puesto de colocadora –la diferencia de altura con Morán era considerable y eso era importante cara al bloqueo-, y a punto se estuvo de sacar algo positivo de tierras manchegas, pues con un marcador de 1-0 en contra las cántabras estuvieron a punto de alzarse con el segundo set (26-24), si bien su pérdida truncó la progresión del equipo, que quedó muy tocado al ver cómo todo el esfuerzo había sido baldío. Al final, 3-0 para las locales que tuvieron en la ex cajista Gabrilova su mejor arma en ataque.

Se llegaba al 23 de enero y tocaba recibir al Ribeira Sacra, encuentro catalogado por la directiva como “auténtica final” y que presentaba el aliciente del debut ante la afición torrelaveguense de la jugadora holandesa H. Hilhorst, que fue acompañada en el seis inicial por M. Eguren, F. Colón, A. R. García, P. Egusquiza y M. J. Bravo, jugando también C. Gómez, L. Morán y A. Gómez, perdiendo ésta última la titularidad en beneficio de la holandesa. Con un sensacional bloqueo y una gran efectividad en el remate las monfortinas se llevaron el gato al agua por 1-3 (25-16, 18-25, 19-25, 21-25). La pérdida de concentración de las locales y los serios problemas para construir ataques efectivos, resultado de los problemas en recepción, dieron al traste con las aspiraciones cajistas, quienes a falta de disputar cinco jornadas se encaminaban de manera irreversible hacia el temido play-off por la permanencia.

La mala suerte seguía acompañando esta temporada al Caja Cantabria, produciéndose la seria lesión de Priscila Egusquiza en el partido que se disputó ante el Ribeira Sacra: rotura del menisco interno de su rodilla izquierda. Mientras que para el siguiente partido contra el Albacete tampoco se podía contar con el concurso de Marta Eguren, por lo que el equipo se quedó prácticamente en cuadro. Esta misma semana se dieron a conocer los emparejamientos para la Copa de S.M. la Reina, quedando encuadrado el equipo torrelaveguense con el Burgos, Ávila y Socuéllamos, clasificándose para fase final de este torneo el campeón de cada grupo. Ciertamente, poco o nada tenía que ver este torneo ya con el representativo torrelaveguense, más preocupado en mantener la categoría.

La diferencia en la clasificación se hizo evidente en el siguiente partido, que se disputó en la cancha del equipo albaceteño, el cual se impuso por 3-0 en un encuentro en el que las cajistas únicamente opusieron resistencia en el segundo set (25-22) al equipo que entonces dirigía Manuel Castillejos.

El primer partido del mes de febrero, correspondiente a la jornada 19ª, se disputó en el Vicente Trueba teniendo como contrincante el Caja Ávila, que se presentó en Torrelavega con ocho jugadoras y empate de victorias y derrotas en su casillero particular. Nueva descalabro, esta vez por 1-3 (22-25, 16-25, 25-22, 20-25), del equipo cajista que falló en exceso en recepción y cometió demasiados errores no forzados, siguiendo así la tónica general de toda la temporada.

El antepenúltimo partido de la fase regular y ya sin ninguna opción por eludir los play-off por la permanencia había que disputarle en Tenerife ante C. Marichal, campeón de las dos últimas Ligas y Copas y actual segundo clasificado. Y si las opciones de victoria eran escasas, la lesión de Alejandra Gómez y la ausencia de Marta Eguren por motivos laborales hacían prácticamente imposible cosechar un resultado positivo. Como era de esperar, el C. Marichal ganó sin esfuerzo por 3-0 en un partido sin historia. Jugaron las ocho jugadoras desplazadas a Canarias, es decir. H. Hilhorts, A. R. García, L. Morán, A. Hernández, F. Colón, M. J. Bravo -seis inicial-, C. Gómez y A. Eguren.

No se pudo ganar al Club Natación Sabadell, que visitó Torrelavega el 20 de febrero en el que fue el penúltimo partido de la fase regular. El resultado de 2-3 hizo justicia a tenor de lo que vio en la cancha de juego, pues los nervios atenazaron a las locales obligándolas a cometer muchas imprecisiones. El resultado hizo que forzosamente y a falta de una jornada para acabar la liga regular se tuviera que jugar el play-off contra el Socuéllamos, precisamente el equipo que se quería evitar, teniendo preferencia por el H. Cantur de Las Palmas, único equipo al que las cántabras habían ganado por partida doble.

El último encuentro se disputaría contra el Playa de Benidorm, que también tenía asegurada la disputa del play-off por la permanencia, por lo que el partido iba a ser intrascendente para ambos equipos, alzándose finalmente con la victoria el equipo local por 3-0.

Equipo del Caja Cantabria al inicio de temporada 1998-1999

La amargura del descenso

Tras cumplir el trámite de la Copa de S. M. la Reina se comenzó a trabajar en preparar los dos partidos más decisivos de toda la temporada y, quizá, de toda la historia del voleibol torrelaveguense; en caso de igualdad se jugaría uno de desempate. Desde el año 1975 Torrelavega siempre había mantenido un equipo en la máxima categoría del voleibol femenino nacional y tocaba ahora defender la historia del decano, empresa harto difícil en vista de cómo se había desarrollado la temporada regular, por lo que desde el club se apeló al orgullo para concienciar a las jugadoras y a la afición de la importancia del trance que le había tocado en suerte.

El sábado 13 de marzo de 1999 se celebraría el primer asalto en Torrelavega ante el Socuéllamos y la directiva programó una jornada de puertas abiertas, respondiendo la afición al llamamiento en un número de espectadores cercano al millar. El Caja Cantabria cometió los mismos fallos que durante toda la temporada le habían llevado a la situación actual, lo que se tradujo en un 0-3 favorable para las manchegas. El abismo bajo los pies.

El pabellón Roberto Parra de Socuéllamos acogió la disputa del segundo asalto y fue testigo de la consumación del descenso de un equipo que los últimos 24 años había militado en la máxima categoría. El Caja Cantabria perdió por 3-1 (20-15, 19-25, 25-16, 25-19), diciendo así adiós a la categoría de oro.

La siguiente temporada el Caja Cantabria competiría en la Primera División o Liga Federación Española de Voleibol (FEV) y Alejandro Espinosa no entrenaría al equipo, sino, paradójicamente, al Socuéllamos.

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